Pintar para respirar...

Como canalizar el estrés a través del arte.

Vivimos en una era de velocidad. Todo corre: el reloj, las notificaciones, los pendientes que nunca se acaban. Y en medio de ese vértigo diario, muchas veces me descubro a mí misma sin respirar profundamente, como si el estrés me apretara el pecho sin darme tregua. ¿Te ha pasado?

Durante mucho tiempo busqué formas de calmar esa ansiedad y esa sensación de estar “contra el tiempo” Fue a través de la pintura donde realmente encontré un refugio. Un espacio donde el tiempo se detiene, donde solo existe el color, el trazo, el presente.

Detalle de la acuarela ¨florece¨ con pinceladas extensas y acuosas

Un artista que me inspira: Henri Matisse

Uno de los artistas que más me ha ayudado a comprender este poder del arte como sanación es Henri Matisse. Durante una etapa de su vida en la que su salud se vio gravemente afectada, Matisse no dejó de crear. Al contrario, desde su cama o silla de ruedas, comenzó a experimentar con una técnica que él llamó “dibujar con tijeras”: sus famosos recortes de papel de colores. Lo que me fascina de él es cómo convirtió sus limitaciones físicas en una nueva forma de libertad artística. En lugar de rendirse, transformó el dolor en belleza.

Cada vez que me siento saturada o ansiosa, recuerdo a Matisse. Pienso en esos grandes papeles de colores recortados con forma de hojas, estrellas y corales, vibrantes y ligeros, como si bailaran sobre la pared. Y eso me inspira a seguir. A detenerme. A crear desde lo que hay, no desde lo que falta.

¨Florece¨by Claudia Iza

Mi pequeño ritual de calma

He creado mi propio ritual para cuando el estrés me gana: enciendo una vela suave, pongo música tranquila y saco mis acuarelas. A veces solo hago manchas, otras veces bocetos sueltos. No tengo expectativas, solo dejo que el agua y el color me guíen. Pintar así me devuelve la paz, me ayuda a procesar lo que me pasa, y muchas veces —sin buscarlo— acabo creando estampados o composiciones que luego uso en mis diseños. Pero lo más importante no es el resultado, sino cómo me siento después: más serena, más conectada conmigo.

Si estás pasando por una etapa de mucho estrés o prisa, te invito a probarlo. No necesitas saber pintar ni tener materiales sofisticados. Solo basta con darte el permiso de parar y dejar que el arte te hable. Porque a veces, todo lo que necesitamos es un poco de color para volver a respirar.

Bibliografía recomendada

  • Art as Therapy – Alain de Botton y John Armstrong
    Un ensayo visual que explora cómo el arte puede ayudarnos a enfrentar emociones como la tristeza, la confusión o el miedo.

  • The Art of Henri Matisse – Susan Alyson Stein
    Una introducción accesible y visualmente rica sobre la vida y obra de Matisse, con énfasis en su periodo de recortes.

  • The Creative Cure: How Finding and Freeing Your Inner Artist Can Heal Your Life – Jacob Nordby
    Un enfoque práctico y profundo sobre cómo el arte puede ser una herramienta de transformación personal.

  • El camino del artista – Julia Cameron
    Un clásico sobre cómo reconectar con la creatividad como vía de crecimiento personal y sanación emocional.

  • Henri Matisse: The Cut-Outs – Karl Buchberg et al. (Ed. MoMA)
    Catálogo de la exposición del MoMA sobre los recortes de Matisse, ideal para inspirarse con su técnica y filosofía.